12.05.2006

lapso


Es que no sólo me despojé de mi tristeza, me vestí de alegría, como vos. La cosa es que nos quedó grande, como disfraz, traje de fiesta cuando todavía teníamos luto que guardar.
Indian summer. Recuerdo bien su fin y la llegada del otoño, porque esa mañana desperté arqueando el cuello para ver la lluvia de hojas amarillas caer desde la ventana en mi cabecera. Visto al revés, parecía que el caudal de hojas subía: y se me llenó la mente de vos y tuve ganas de correr a buscar la cámara y filmar la escena para compartirla pero me dio pereza y preferí verlo no más, ver las hojas caer y gozar del susurro del viento y de tu cara que se me presentaba como en ese video en que cae el confeti por las calles y da vueltas el ojo de la cámara (que era tu ojo bebiéndolo todo) y detiene mi ojo al final en tu sonrisa, tu sonrisa: breves segundos de tu sonrisa.
Preferí ver las hojas caer o subir y pensar en tu cara ahí mismo en la almohada. Miel, anís, canela: las hojas, tus ojos profundos del otro lado de la limonada con sabor a rosas. Y tu sonrisa ocupando mi espacio.
Evoco sin vergüenza mis ausencias, ¿qué más da? Son mías todas ellas.
Huéspedes eternas y queridas, mi tristeza, mi alegría. Una siempre en mi mesa conversando conmigo, otra haciendo el amor con mis huesos.
Cayó la primera nevada ayer y yo no estaba aquí. Estaba en tránsito, en un invierno cualquiera en algún aeropuerto. Había deseado ver esa nevada desde mi ventana, tibia en mi cama y mejor aún arropada hasta el cuello con vos. Ver la luz leve del invierno, adivinar su tímida caricia. Ganarle con besos.
Como el niño que juega a la orilla del mar y corre espantado al ver la ola que revienta y lo persigue con su rugido y con su espuma: así de emocionante, esa caricia suave del invierno que nos tentó, de la que huimos.
Parece que por fuego o por hielo se transforma todo.
Yo voy a quedarme un rato imaginando el mar: Río y yo, con mi cuerpo cerrado y seco, frágil vagabundeando por sus hambres y sus náuseas, manojo de nervios, hoja rota en las olas, anónima.

12.03.2006

dance or destination

Dance Me to the End of Love
Lyrics by Leonard Cohen
Sung by Madeleine Peyroux

Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I’m gathered safely in
Lift me like an olive branch and be my homeward dove
Dance me to the end of love

Oh let me see your beauty when the witnesses are gone
Let me feel you moving like they do in Babylon
Show me slowly what I only know the limits of
Dance me to the end of love

Dance me to the wedding now, dance me on and on
Dance me very tenderly and dance me very long
We’re both of us beneath our love, we’re both of us above
Dance me to the end of love

Dance me to the children who are asking to be born
Dance me through the curtains that our kisses have outworn
Raise a tent of shelter now, though every thread is torn
Dance me to the end of love

Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I’m gathered safely in
Touch me with your naked hand or touch me with your glove
Dance me to the end of love