12.21.2005

mi padre en concreto

Bajo la luz del recuerdo tus gestos torpes y pequeños se hacen monumentales: los sandwiches en el cartapacio, saturados de aquella salsa de tomate agridulce, la mostaza amarga, los tomates medio rancios... Antes del colegio, el café con leche superdulce, el gallopinto quemado, la tetera de china con el pico quebrado, la raspita salada al fondo de la olla, la radio por las mañanas--La palomita ... mensajera!--tu mano diciéndonos adiós y el microbús arrancando con su hipo mecánico,al colegio. Eras pequeño, calvo y canoso, con tu sonrisa en blanco y negro, una mano en la cintura y la otra en el aire, diciéndonos adiós. Tu pecho hundido y tu piel morena desteñida, seguramente por la soledad. Todos tus gestos se me hacen enormes cuando te veo bajo la luz del recuerdo; ese año fuimos al festival Gastón Pérez y una larga fila en la taquilla, la noche estrellada, el bálsamo de la gente sudorosa y del bullicio sobre todo, el olor a sarro en las mallas y la fila interminable y nosotros, nos fuimos al fin y al cabo, a ver el festival cómodamente desde casa. Y fue ahí que abriste el cartapacio y comimos esos sandwiches rancios que en casa nos supieron a gloria. Te veo sentado en la silla mecedora de mimbre y tu sonrisa deslumbrante porque desde la casa vimos a mi hermano ganar el festival. Te veo y tanto tiempo después, aún quisiera que llegaras a buscarme al colegio, pero ya ves que me fui yo solita y nunca más, pero yo desde aquí te acaricio con la luz de mi recuerdo y te quiero, Papá.

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