reacio
Cierto que ya no te endulzo, pero no me amargué, y para desgracia mía, te extraño. Me siento hueca por dentro y cuando me pregunto por qué, me responden tu risa y tu voz que ya no escucho y me entristezco. Estás en la pésima comida china que me apetecía por el mero recuerdo de comerla a tu lado, estás en mis calcetas de invierno que aguardan la nieve sin vos. Y qué tango, parece una canción de Shakira. Vos irás por la vida igual que siempre, medio vivo y medio muerto, y de vez en cuando extrañarás algo de mí (pero no lo que más valor tenía: mi flanco más frágil que inexplicablamente te desnudé hasta el frío). Hasta olvidarte me duele, sabiendo que me olvidarás más rápido, que te dolerá menos, que por más que me aleje, al volver la cara atrás siempre veré el punto originario en el cual yo te amaba y vos apenas a veces me necesitabas. Razono que todos los amores imposibles perduran porque dejan un hambre sin saciar. Me refugio en el recuerdo de tu cuerpo temblando bajo el mío para pensar que vas a pasarte la vida mendigándole mi amor a otras. Luego sé que el presente feliz siempre nos parece lo mejor de la vida, y deseo tu felicidad, y sé que habrá otra para vos, y quiero resignarme … y todavía no. Y eso que no fuiste ni mi amigo más fiel ni mi mejor amante: cómo te quise, que todo mi valor lo puse en tu balanza, como si vos tuvieras un valor absoluto y yo me midiera por vos. Algún día me lo perdonaré.
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