7.08.2006

lexicografía (aportes a la lengua)

En el avión destino a Rio, empezamos a refrescar, a innovar, a renovar, este maravilloso idioma portugués del cual apenas conocemos algunas frases.

Vean, es así: en Nicaragua, “echarse un pelón” significa hacer una siestecita. En el avión a Río, María y yo íbamos practicando las frasecitas de nuestro súper libro “Portugués para Turistas”, como quién dice para no aterrizar tan perdidas. Tan bien íbamos absorbiendo la cosa, que ya no me acuerdo si fue ella o fui yo, quien dijo, reclinándose y cerrando los ojos: “Bueno, me voy a echar un pelão, pues,” asi, con la pronunciación nasal. Y nos cagamos de la risa.

¡Qué buena produção! No hemos soltado la palabra toda la semana, claro que siempre innovando en los usos. Ejemplo: pasa un morenazo escultural haciendo jogging y yo, muy calladito, digo (más para mi hermana que para la víctima de mi lujuria): “Adiós pelão!” (porque los nenes además de tener unos cuerpos soñaditos por aquí, andan bien rapaditos, se ven divinos los desgraciados).

Sip. Definitivamente, vamos a salir hablando un portugués de película.

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