4.28.2005

maldita ansiedad

soñé con una rata gorda que se comía todo, yo trataba de ver España que era una tierra mágica, una costa con olas y un amanecer grandioso y unos gansos amarillos y enormes con plumas ligeritas y tiernas como de recién nacidos, lo que yo quería era verlos pasar flotando con sus caras de bobos, con su olor a babas de bebé eran graciosos pero las ratas se escurrían por entre todo y sus patitas, sus garritas finas pasaban correteando por los charcos del mar sus lomos temblaban y en la bodega se comieron mis uvas manzanas y raque me llamaba al móvil para decirme que el gordito que se jactaba de mí me recordaba yo sabía que no me iba a querer más nunca, las ratas se cagaban en todo y todo lo planeaban y se sabían inteligentes y gordas en su frenesí había tanto ruido por las garras yo me doblé de náusea me doblé de náusea y no me saltó encima yo duro con el pié y las costillas finas el crujido y el pus y creo que convulsando y muerta la grande me dió más asco que nunca

4.24.2005

sand dunes

idle time,
time so charged
it hurts
in the pit of my stomach
busy hours
emptied
by your absence
my love, my love, my secret love

4.22.2005

i was raw

...and I was hurting, and I was looking furiously for a way out. And you found me, on my way out, and I fell back into the tunnel, into you. Now I just want to flow like seaweed in the tide, salt in the wound, blind and pleasantly sinking.

4.14.2005

de luto

Y en el suave calor de su cuerpo me pasaba por la mente que hoy estaba sola, deseándote en la cama de otro; que mañana entenderías que era amor, pero sería demasiado tarde; que despertábamos de esta historia y éramos tres en la cama: vos, yo, y entre nosotros el amor, pasmado y tierno como el cadáver de un niño.

4.13.2005

que me chupés todita

Veo tu cara y el sol de tus ojos, y me ilumino por dentro. Aunque lo sepa todo no puedo evitarlo: intuir tus debilidades y querer cuidarte, darte de comer mi cuerpo hasta verte dormir sobre mis senos.

4.12.2005

naughty bunnies

prancing around in the sunshine
out of control
spring is here

4.11.2005

el ciclo kármico

Porque a mí, a la lejana, no la quieren. Es la parte que no quieren y cómo no me va a desgarrar por dentro sentir que me pegan o la nieve me entra por los zapatos cuando Luis María baila conmigo y su mano en la cintura me va subiendo como un calor a mediodía ...
—Julio Cortázar, “Lejana”

Ese es el ciclo kármico: ella es monumental, irrepetible. Desenamorado significa no estar enamorado como lo estuviste de ella. Es decir, enamorado de una idea lejana. En cambio mi cuerpo, yo, siempre estamos tan cerca. A eso lo llamas amoril, amor pueril; o sea que mi paga es tu distancia. Así va la vuelta.

La lucidez dio paso a esa enfermedad llamada envidia, llamada orgullo, llamada me-estás-clavando-tu-veneno-y-yo-te-estoy-dejando. Y no sé qué pasa, creo que estoy muerta. Lo que debe pasarme a mí lo observo desde afuera, desde lejos:

Allí (lo he soñado, no es más que un sueño, pero cómo adhiere y se insinúa hacia la vigilia) hay alguien que se llama Rod—o Erod, o Rodo—y él me pega y yo lo amo, no sé si lo amo pero me dejo pegar, eso vuelve de día en día, entonces es seguro que lo amo.

Mi hambre corporal es un deseo de muerte. Es mi vacío manifestado en llagas.

A veces pienso que sos más ingenuo de lo que parece.¿Por qué habría de repetirse? Yo tampoco puedo dar el corazón como lo hice esa única vez. De él yo quería dejarme moldear. Leía la frase: “I have found the paradox that if you love until it hurts, then there is no hurt, only love.” Yo lo anhelaba: fundir mi espíritu en una entrega pura que me transformara. Después simplemente acepté que fue la Madre Teresa quien dijo la frase, y yo de eso, nada.

Ah, y anoche en la cama del otro yo cerraba los ojos, adormecida de placer y de cansancio. Temía decir tu nombre en sueños. Me sentía culpable en mi silencio. Porque a éste, a este pobre, le toca mi distancia, que es la tuya, que es la de la otra.

4.07.2005

nada

no te sentí, no te sentí, no te sentí
qué pena me dió

el juego de entre líneas



El juego de entre líneas es arrastrarse, y arrastrarse con ganas, repitiendo por dentro, no merezco tu amor, no merezco tu amor, no merezco tu amor.

Es pensarse que nos sobra vida: sacudo tus entrañas porque puedo y mañana estarás, o no estarás, me da lo mismo, es un ensayo de la vida de veras que está pasando, sin mí por el momento, en otra esfera. Yo, nena, te presto mi fantasma. Del resto, calladita.

Vibra mi risa sorda en tus vacíos. Resbala mi ternura en las paredes, y me siento invencible.

El juego de entre líneas es creerse invencible porque aguantamos todo y no nos pasa nada. “Unos cuantos piquetitos,” dos rasguños y andamos.

Jo decía que los hábitos se forman en 21 días. Dale campeón, 14 días, nuevo sexo, y curao.

4.02.2005

filial caresses

Then, in this irritable sensitivity of the soul, in this savage state of mind … he had watched the very gradual emergence of those horrifying passions that come with age, of those mature affairs where one partner is still in love while the other is already on his guard, where lassitude forces couples to resort to filial caresses whose apparent childishness seems to offer novely, and to artlessly maternal embraces whose tenderness is restful and affords, so to speak, interesting feelings of remorse inspired by some vague notion of incest. —J.K. Huysmans, À Rebours

Claro, me dijiste esa mañana, que te sentís mejor de haberte desahogado, y te va a durar hasta que tengas que desahogarte de nuevo… es que ya habíamos tenido esa conversación.

Pero es que a mí me cuesta tanto comprenderlo. En mí se mueven corrientes mudas sin que yo lo sepa. Siguen los libros abiertos, las heridas sangrando, y me gasto en los recuerdos, en las variantes infinitas de la misma historia.

Y me despertaste a media madrugada con un beso grande que abarcó toda mi boca, volcándote desde algún sueño profundo y oscuro que nada tenía que ver conmigo, algo tan enterrado que te es inaccesible. Yo recordaba vagamente el sabor de tu boca y por un segundo lo quise retener, luego te aparté con mi mano en tu pecho y te hablé. ¿Estás despierto? ¿Qué querés? Vos balbuceabas, que si querés, que si necesitás… Yo dije por dentro, no, es lo que menos necesito, de hecho no lo necesito. Sólo te dije, no, así no, así no. Te despertaste, y me pediste perdón. Te cubrías la cara con la almohada, por vergüenza y yo te dije, tranquilo, no pasa nada. No sintás vergüenza, yo también lo pensé, a mí también se me pasó por la cabeza.

Lentamente volvimos a la amable distancia-cercanía que ahora es nuestra forma de relacionarnos. Habíamos llorado mucho antes de dormir, yo más: la conversación era necesaria. Después del primer sueño y las disculpas, llegó el sueño de nuevo, y yo me sumergí, más segura que nunca, envuelta una vez mas en la incertidumbre de tus sentimientos. Tan familiar, esa red reconfortante de tu confusión que me disuelve, tu indiferencia sexual que en cualquier momento se convierte en el calor de voces y pieles indiscernibles que te hacen lanzarte sobre mí, agresivo y ajeno. En ese sueño tan querido que al fin llegó, nos fuimos acercando y acercando, dándole lugar a la ternura hasta que pude abrazarte, y tocar tu cara con confianza, e imaginar por un momento que estábamos en otra vida en la cual era a mí a quién correspondía acariciar tu vientre en gesto protector mientras dormías, guardar la punta de mi nariz en tu mejilla para olerte, armonizar de nuevo la respiración, caer en ese hueco pequeñito, oscuro, donde late, unísono y turbio, un corazón.

Dos horas más de sueño, y me desperté entera, en paz. Éramos de nuevo como hermanos.

4.01.2005

why frida


Because she would scratch her pain raw and turn it into a bleeding sunflower. Screaming beauty on parade.

Because she was an addict: a refined, intense consumer. And look, you can get Frida on postcards, keychains, giftcards, books. Frida for everyone.

Because an old Cuban professor told me I look like her. But I'd only ever seen her self-portraits. Then he gave me a poster advertising an exhibit with the title Pasión por Frida. But there was no passion there: it was dull, with a black and white photograph of a grieving Frida, young and solemn before the camera.

There, you couldn't guess there were such fractures. Only that they ran very, very long.